Es un hecho que se han iniciado las pruebas de un sistema con códigos QR y verificación por Blockchain para soportes físicos y online. Los pasaportes digitales basados en Blockchain que contienen el estado de las pruebas de COVID-19 y de la vacunación de los viajeros, para su seguridad, comenzarán a funcionar de forma piloto dentro de poco.
El 17 de marzo, la Comisión Europea dará a conocer su propuesta legislativa para crear un ‘pasaporte verde digital’ válido para toda la Unión Europea.
Este nuevo documento, en cuya denominación no se emplean las palabras “vacuna” ni “coronavirus”, servirá para demostrar que una persona ha recibido la vacuna contra el covid-19 y mantener la seguridad del mismo y los viajeros. También podrá incluir los resultados de una prueba PCR para aquellos que todavía no hayan podido vacunarse o información sobre si se ha superado la enfermedad y se es inmune.
En una medida que, según la IATA, tiene el potencial de reabrir el mercado internacional y reducir las actuales restricciones de cuarentena a nivel mundial, un pasaporte “sanitario” se almacenará en el teléfono inteligente del usuario en forma de aplicación.
“La propuesta respetará la protección de datos, la seguridad y la privacidad”, aseveró hace unos días la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a través de su cuenta de Twitter.
“El ‘pasaporte verde digital’ deberá facilitar la vida de los europeos. El objetivo es permitir gradualmente que puedan desplazarse de forma segura por motivos de trabajo o turísticos”, añadió. El fin, según explicó la presidenta del Ejecutivo en rueda de prensa el pasado 25 de febrero, es “utilizarlo para el buen funcionamiento del mercado único”.
La Comisión Europea tiene menos de tres meses para definir las bases técnicas que faciliten la interoperabilidad entre países. Un tiempo que los Gobiernos tendrán para implementarlo en sus sistemas de salud y en las vías de acceso a sus territorios, además de regular su uso. La intención es que el documento esté operativo en verano para facilitar la movilidad.
Alan Murray Hayden, jefe de productos de aeropuertos, pasajeros y seguridad de la IATA, elogió el uso de la “poderosa” tecnología blockchain en el plan, añadiendo que era una de las pocas implementaciones de la tecnología hasta la fecha que tiene un claro efecto beneficioso.
Tarjeta física y documento digital
Los Estados miembros ya llegaron a un primer acuerdo en enero sobre los datos que debía contener el documento: identificación de la persona, datos sobre la vacuna administrada y su fabricante, y datos del emisor del certificado digital.
“Un sistema así tiene que contemplar tres características: ser seguro, para proteger los datos del titular; evitar los riesgos de fraude, ante una posible falsificación del documento; y facilitar la accesibilidad, para que toda la población pueda usarlo”, explica Álex Fryer, jefe de producto en EMEA de Zebra, durante una conversación con D+I.
Los equipos de Zebra y la tecnología de IOTA permiten la emisión del certificado digital para soportes físicos y digitales, y su verificación posterior, para mayor seguridad.
Fryer está convencido de que, a pesar de que este ‘pasaporte verde’ lleva el apellido ‘digital’, también tendrá formato físico. “En países como España, Reino Unido o Francia prácticamente toda la población cuenta con un smartphone en el que los ciudadanos pueden descargar una aplicación. Pero no ocurre así en otras regiones donde el acceso es más limitado”, advierte.
Blockchain y códigos QR para seguridad de datos
IOTA como socio tecnológico. Esta compañía ha desarrollado un sistema de almacenamiento de datos en blockchain y que aprovecha la tecnología de contabilidad distribuida (DLT, por sus siglas en inglés). “Ejerce de ‘puente’ entre el documento y el sistema de verificación, y acredita digitalmente la información independientemente del soporte del documento”, describe Fryer.
Su funcionamiento es sencillo. La persona vacunada recibe de una autoridad certificada, por ejemplo, el médico de su centro de salud, una tarjeta con un identificador único y personal donde figura que ha recibido la vacuna. Esta información se almacena, por simplificar, en una base de datos descentralizada que se encuentra distribuida en varias ubicaciones (lo que en el argot se conoce como libro mayor distribuido).
Cuando el titular acude, por ejemplo, a un aeropuerto para coger un vuelo, se escanea el código de barras o el código QR de la tarjeta para verificar si está vacunado o no. El usuario también puede almacenar esos datos en una app instalada en su smartphone.
Álex Fryer también comentó a D+I, que “dependiendo de la configuración de permisos, el verificador verá el conjunto completo de datos codificados (nombre, tipo de vacuna, etc.) o simplemente una ‘marca’ que indica si se cumplen o no los requisitos de vacunación”.